viernes, 29 de enero de 2010

Lugares comunes de la emigración en Venezuela



A través del twitter llegué a leer un artículo de Manuel Caballero titulado Cuando las verdades son grandes. http://movimientorepublicano.blogspot.com/2010/01/cuando-las-verdades-son-grandes-manuel.html

Durante los primeros párafos encontré acuerdo con lo que planteaba Caballero, la Venezuela del "ta'barato dame dos" mayamero había llegado a su fin y a este país, más acostumbrada a recibir emigrantes que a migrar, le tocó la hora de despedir a sus hijos que alzan el vuelo buscnado un mejor mañana.

Pero más adelante me tope con lugares comunes característicos de una sociedad que se enfrenta por primera vez al fenómeno de la emigración. Me gustaría responder a dos de ellos.

El primero, hace referencia a que los hijos de los inmigrantes europeos que regresan al país de origen de sus padres y abuelos, valen allí lo mismo que un africano en patera o un colombiano sin papeles. Antes que nada, el sólo hecho de insinuar que tengamos que valer más que otros colectivos de inmigrantes me parece discriminatorio, yo no valgo ni más ni menos. Desde mi experiencia como retornado a España puedo decir que esto no es cierto, el sólo hecho de contar con los papeles necesarios para residir legalmente, me permite acceder a unos beneficios a los que no tienen acceso aquellos que no residen legalmente.

El segundo lugar común, cuenta como "el venezolano de clase media que emigra buscando la esperanza en otros países, ve convertidos sus títulos e innumerables postgrados en sólo papel mojado".

Los titulos universitarios de los venezolanos en el extranjero valen lo mismo que los títulos de los extranjeros en Venezuela, porque, hasta donde yo recuerdo, venezolanos formados en universidades de los Estados Unidos y Europa -becados por el estado- volvían a su país y debían convalidar sus titulos para poder ejercer. Nuestros mejores "cerebros" regresaban a los países en los que habían estudiado y donde los recibían con los brazos abiertos.

El problema es que los venezolanos no estamos acostumbrados a emigrar y ahora nos encontramos con los mismos problemas que ya se encontraron europeos y otros latinoamericanos hace ya mucho tiempo. Emigrar es duro, lo fue antes, lo sigue siendo ahora y lo seguirá siendo.


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domingo, 10 de enero de 2010

Los niños de hoy tienen alternador



Los padres a veces nos despertamos los domingos con la ilusión de llevar de paseo a nuestros hijos, un paseo largo a un parque donde puedan jugar hasta quedar agotados para que en la noche se estén tranquilitos y se acuesten temprano.

¡Ilusos! Eso le habrá funcionado a nuestros padres cuando los niños sólo lográbamos recargar las pilas enchufándonos en la cama durante doce horas o más. Los niños actuales, nuestros hijos, vienen con alternador, no está siempre conectado, es una adaptación que han desarrollado para joder la ilusión dominguera de los padres.

Mientras nuestros hijos están jugando en el parque, supuestamente consumiendo la energía de sus pilas, conectan el alternador, así con el movimiento generan más energía que utilizan para seguir jugando y de paso recargar las pilas.

Así cuando llegamos a casa, soñando con agradables momentos de tranquilidad, los niños están como nuevos mientras que nosotros sí que hemos agotado nuestras baterías pues somos de la gneración que venía sin alternador.

Así que ya saben, mientras nuestros genes mutan para adaptarnos a los avances tecnológicos que incluyen nuestros hijos, piénsense dos veces eso de paseo de domingo para que los niños agoten baterías.